Por: Alejandra Alcántara.
@SoyAlcantara_
Activista LGBT, feminista, fundadora de TAG Conferencias: un networking para impulsar conferencias, platicas y talleres sobre temas de género y diversidad sexual en la CDMX. Una norteña con alma jarocha viviendo en la gran ciudad.
Hoy por la mañana, mientras me preparaba una taza de té de hierbabuena para poder degustar junto con mi sándwich digno de una Godínez, abrí Twitter y me encontré con un tweet de Genaro Lozano, una imagen que me hizo abrir los ojos más que de costumbre y darme cuenta de que sí, vivimos en un México donde se dan espacios para el mansplaining al por mayor.
Antes de comenzar de lleno con este “algo” (ensayo, crónica, escrito, servilleta de restaurante, como guste llamarlo), cabe recalcar que lo que estás a punto de leer es la opinión de una feminista interseccional. Estoy haciendo mi mayor esfuerzo por escribir algo decente, usted disculpe si esta lectura no cuenta con sus estándares (no se crea tanto lo de la disculpa, la verdad no me interesa mucho si cumple estándares o no).
Lo primero que vi fue un hermoso, ¿qué digo hermoso?, maravilloso promocional con color rosita y morado porque pues bien estereotipadas que estamos ¿verdad? Después, el nombre que podría salvar un poco el coloquio: Marta Lamas.
Marta Lamas es el ícono feminista ACADÉMICO. ¿A que me refiero con esto? Pues bueno, ella suele ser seguida por académicos de la UNAM, UAM y otras escuelas que, aunque tienen varias células bastante izquierdistas entre sus alumnos, necesitan un ícono que no les dé tan mala fama. Y también porque Marta Lamas no es bien recibida en los feminismos de varias feministas, sobre todo por el tema del alquiler de vientres y prostitución, pero ese es tema para otro texto. Digamos que Marta Lamas es como la parte agridulce del feminismo mexicano. En lo personal, mi interseccionalidad me permite estar de acuerdo con ella en unas cosas y no tanto en otras.
Después de desmenuzar el promocional, me encuentro con el bendito “XY”. Por un lado, tenemos a una Marta Lamas que en reiteradas ocasiones ha escrito sobre la diversidad sexual, sobre las TT’s, y pues ahora estará en un coloquio donde cierra las puertas a hombres transgénero, porque obviamente no cuentan con el cromosoma XY. ¿Si le hicieron un escaneo genético a los ponentes? No vaya a ser que les salga un XX y pues ya no pudo dar ponencia.
Y lo del XY nos lleva al porqué del título de este “algo”: Un coloquio feminista donde todos los participantes son hombres (u onvrez, si es que usted es feminista como yo); o sea, un culto al mansplaining mexicano machos todos ¡au au! Pero tranquilos, antes de que comiencen a escribir en los comentarios que soy una “feminazi que odia a los hombres y que por eso México está como está”, les voy a intentar explicar por qué es un culto al mansplaining:
El mansplaining es esa práctica que tienen bien arraigada los hombres de querer explicarnos las cosas, a las mujeres, como si dudaran de nuestras capacidades de comprensión. Y no, no es necesario que les preguntemos algo, de repente sienten la gran necesidad de explicarnos las cosas.
Tenemos ante nuestros ojos la organización de un evento donde ponen a varios hombres a discutir sobre el feminismo. Muchos dicen “pero son hombres hablando con Marta Lamas, super ícono feminista”. Pues no queridos lectores, eso no importa. Es un coloquio donde se habla de feminismo y derechos, de feminismo y mercado, DESDE EL PUNTO DE VISTA DE UN HOMBRE, QUIEN, POR DEFINICIÓN DE FEMINISMO, NO PUEDE SER FEMINISTA, podrá ser “aliado”, más no feminista. Un espacio que no se le ha dado a muchas mujeres feministas porque tenemos que cargar con la cruz del “feminazismo” (apodo mal pensado y muy fuera de contexto), pero que se le brinda a los hombres para que vengan a explicarme cómo funciona el feminismo, a alzarse el cuello por autonombrarse aliados feministas (porque nadie les dijo que nos representan) y a decirnos “no están solas”. Perdón, pero es una burla para todas las mujeres en general, se auto proclamen feministas o no.
Robando un poco las palabras de Tania Tagle: Hombres, no piensen en su papel dentro del feminismo, piensen en el papel que tiene el feminismo en sus vidas. Ya poniéndolo en mis palabras: Hombres, su trabajo es romper el estereotipo de masculinidad y hacer nuevas masculinidades, también pueden cuestionarse los privilegios con los que cuentan por el simple hecho de ser hombre. Si te das cuenta de que eres machista, no culpes a la “cultura machista”, porque le restas importancia al sentido machista que ha tenido tu vida porque tú así lo has decidido. E S C U C H A, por un momento no intentes ser el foco y aprende a escuchar. Lee y comparte información sobre feminismo. Si quieres ser fuente de información, dirige tu información hacia otros hombres. Hombres, por mucho que quieran ponerse en nuestro lugar de mujeres, nunca van a saber lo que hemos sufrido por el simple hecho de ser mujer, podrás solidarizarte, más nunca serás víctima directa de la misoginia. Nuestra lucha no es tu lucha. Nuestra lucha tendrá efectos secundarios que te beneficiarán, pero no es nuestro objetivo principal.
No condeno del todo el evento porque, para ser sinceros, mis ojos feministas están viendo un evento que se hizo desde la desinformación y desde las ganas de tener convocatoria, como fuera. Lo que, si me entristece, es que la UNAM se preste para estas cosas, donde no comprendo porque el Seminario Universitario de Modernidad es uno de los organizadores, uno de sus objetivos es aportar soluciones a la problemática del entorno nacional derivadas por la modernidad, y la brecha de género no es un problema de la modernidad. Y más, que el CIEG permita que exista un evento tan mal planeado, o al menos mal explicado al público.
Y no, esto no quiere decir que los hombres no puedan hablar de feminismo. Lo que no deberían hacer es ir a hablar de feminismo a un espacio que a las mujeres aún nos está costando trabajo entrar. Si fueran verdaderos aliados, se hubieran negado a asistir. Pero no, esto solo es una muestra más de cómo se quieren llevar la estrellita.